EPILOGO 86. FURGON-H.

FURGON H.

Aquí la tenemos a la Furgona Citroen, modelo H, un autentico clásico que desde el 1947 al 1981, se fabrico en Francia y Bélgica; la gracia de estas furgonetas aparte de que su mecánica era muy simple, consistía en esos particulares paneles de hierro corrugado, similares a los de los primeros aviones alemanes Junquers. Pero lo que me atraía eran su líneas sobrias, que le daban una particular personalidad; pero la estética imperante en aquellos años no era el único vehículo atractivo a la vista. No podemos olvidar las formas del 2 Caballos hermano menor de la que nos ocupa; o el cuatro, cuatro de Renault, “ La Isetta “ con forma de huevo, de la BMW, el simpático Biscuter que tenia un motor casi de motocicleta; cada uno de ellos dotado de un carácter concreto, especifico, inequívoco, inconfundible, contribuyendo con sus formas, diseños y formas a engrosar el acervo del inconsciente colectivo. Hoy día no acontece en absoluto esta circunstancia, pues parece que sean todos iguales en su aspecto anodino y practico.

Pero ? Como llego nuestra protagonista aquí ?. Un valle del Pirineo Español, a la sombra de unos ejemplares añosos de fresnos y hallas, a los que parezca que se quiera aproximar a toda costa, como tratando de buscar resguardo, cobijo, tal vez algo de calor emocional, ahora que dada su avanzada edad, y los achaque y goteras propias y lógicas después de ni se sabe cuantos años, de recorrer las carreteras y caminos, transportando diversos artículos, mercancías, o en el caso mas concreto al que en España se le dio bastante uso ha estos coches, pintados con los colores amarillos correspondientes a la imagen corporativa de Correos, por lo que sus andanzas cotidianas lo llevaban en determinados casos a discurrir por caminos de tierra, o pistas donde la rodadura no acostumbraba a ser un camino de rosas, si no todo lo contrario, lo que no era óbice, para aquella maquina que entre las muchas características de las que gozaba era el Tesón, la voluntad de llegar como costase lo que costase, aunque las inclemencias del clima, le fueran interponiendo un obstáculo tras otro.

No creáis que lo que estoy narrando lo halla vivido en primera persona, – Hubiera sido curioso -. Tan solo es un divertimento, un sueño, una suerte de cuento, que al encontrar hace ya unos días esta imagen, pareció que se ponían en marcha unos mecanismos, resortes internos, a los que no quiero dejar pasar sin atender sus demandas de expresión, de mostrarse, de que se les dedique un poco de curiosidad, pues ellos mismos saben que no solo al narrador, lo ayudan, si no que lo vertido por medio de estos párrafos, que acompañan a la Ilustración, ofrecen algo parecido al ambiente propicio que nos promete la aparición en el horizonte, de un Oasis en mitad del Desierto contemporáneo, en el que nos tratan de meter por todos los medios.

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