EPILOGO 84. NORTE CLASICA.

NORTE CLÁSICA.

Para enfrentarnos a aquella pared, en el siglo pasado, lo que jugaba a nuestro favor era la vitalidad y que disponíamos de unas reservas de energía que nos creíamos que eran eternas y no se consumían aunque las pusiéramos a prueba forzando la maquina del cuerpo , hasta limites muy altos; sin embargo, en mi caso dedique mas de un año no solo a la preparación física, que no era como en los tiempos actuales, pues teníamos también que buscar las habichuelas; así que con otros colegas íbamos una o dos veces por semana, a correr a la Casa de Campo, y luego a remar con los kayack que nos dejaban en el embalse de aquel parque, la otra cosa que tuvimos muy clara era, cada fin de semana ir a escalar la mayor cantidad de metros posibles pues para salir airosos de la pared del Vignemale, que nos había subyugado con su fachada, integrada a la historia del Pirineismo que se desarrollo a través de sus farallones, diedros, placas y fisuras, los relatos de las primeras cordadas que transitaron con mejor o peor fortuna largo tras largo, en un ambiente genuino, autentico, a veces rozando el romanticismo de los pioneros; precisamente buscábamos en nuestro fuero interno, no solo pasar por aquellas paredes, con el solo objetivo de engordar el ego, de añadir una muesca mas al Historial , – ? O era histerial ¿ -. Si no que el poso de la aventura, dejara una huella lo suficientemente marcada en nuestro interior, que nos impregnasen las vivencias, las sensaciones, las emociones, los miedos, las euforias y que de todos aquellos componentes supiéramos extraer la esencia adecuada que mas adelante nos resultase favorable, y sumase un bagaje del que pudiéramos sacar si no lo mejor, lo mas idóneo que se pudiera llevar al día a día, a la vida cotidiana, alejada de aquellos parajes, por supuesto que físicamente, pero mas aun en el talante y ambiente tan diferente entre uno y otro.

En mi caso concreto tengo que reconocer que el vivir aquel añejo episodio, me sirvió mucho en el pasado y aun a día de hoy lo sigue haciendo; empezando porque como en el servicio militar obligatorio, me llevaron a lo que entonces era el Sahara Español, concretamente a Tropas Nómadas; huelga decir que en mis sueños y recuerdos , echaba mano frecuentemente de los momentos especiales que por distintos motivos habían dejado su impronta en mi interior lo suficientemente marcada, para poder acudir a ese reducto interior, buscando escapar virtualmente con la imaginación, de aquella realidad ¡¡ Absurda ¡¡. Con lo que tomando un papel y un bolígrafo, me embarcaba de nuevo en aquellas experiencias, tratando de trasladarme mentalmente mientras iba fluyendo de nuevo enriquecido por los filtros afines con los que al rebobinar mi película quitaba o añadía lo que no encajaba con la búsqueda del bienestar psico-emocional, al que estaba destinado aquel ejercicio de toma de Conciencia.

Os puedo contar que parte de aquel entreno consistió en memorizar la descripción de todos y cada uno de los largo de aquella escalada, según estaban plasmados en la antigua Guía Olivier, descrita con bastante detalle. Pero no sufráis que no se me ocurre someteros al suplicio de que os los volviera a narrar.

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