EPILOGO 81. LA CEBADA al RABO.

LA CEBADA AL RABO.

“ Al burro muerto la cebada al rabo “, – el que espanta las moscas, puntualización, que hay alguno que se le va la pinza.-

El caso es que ya hace tiempo que me he escuchado en alguna ocasión frases similares a : “ Tus cuadros se revalorizaran, cuando lleves el pijama de madera “, o , “ Mira de morirte pronto para que las obras tuyas que tengo, valgan mas “, o esta otra, “ No sigas creando mas cuadros, que cuantos mas halla, menos valdrán los que me regalaste “.

Como podéis imaginar, yo pinto porque a mi me ayuda, me sirve para aumentar algo la energía, para mantenerme Ilusionado, ante los retos que me supone cada nueva ilustración en la que me meto, y sabiéndolo en no pocas ocasiones, ante los días nublados categóricamente hablando, o emocional o anímicamente; echo mano de los lápices de los pinceles, de los colores, y me sumerjo en sus profundidades, que son las mías, y una vez allí, deslizándome suave, plácidamente en ocasiones, para en otras tener que echar mano de todos y cada uno de los recursos a mi alcance, con el objetivo de que el simple gesto de trazar una línea determinada, o poner un punto de colore en aquel determinado espacio, me permita acceder a una realidad paralela, que por lo obvia y corriente, se nos escapa entre las manos, nos pasa desapercibida sin que nos percatemos de que al ser tan efímera, insustancial, vaporosa, sutil; no son pocas las veces en que tomamos conciencia de ella cuando ha pasado; me estoy refiriendo al momento PRESENTE. Igual que pasa con otras disciplinas, o deportes, la practica asidua, repetida, constante, nos permite que una serie de mecanismos aprendidos con la repetición de ejercicios determinados, estos van calando hondo en nuestro interior, cada vez mas profundo, hasta que sin que nos demos cuenta se convierten en hábitos, rutinas, casi inconscientes, lo que a su vez nos da la posibilidad de usar la Atención e Intención, en cometidos de mas calado filosófico, trascendente, mediante los que podamos acercarnos mas al mensaje subyacente de la imagen que estamos trabajando, impregnándola de aquel determinado hálito, que llegara a quien quiera o sepa ver mas allá de lo aparente, o acostumbre a leer entre líneas.